domingo, 24 de febrero de 2013

De cañas en Cheers

Cliff (o Martillo Pilón fuera de Cheers), Norm y M, bien acodados en la barra de madera se dan sin mesura, y probablemente después de más de una cerveza, a las loas a ND.

Abre el fuego Cliff con lo siguiente:

Yo conocí a ND en la universidad, cuando todos estábamos un poco atontaos y no sabíamos por dónde íbamos, pero siempre me pareció un tío

- serio
- alto
- castellano
- culto


En esa época todos éramos un poco "románticos" a nuestro estilo, entendiendo por románticos el ir en contra de las cosas, creernos un poco héroes y no necesitar nada ni a nadie. ND hacía romanticismo de los palos que nos pegaban en la escuela, aunque el tío al final se decantó por la especialidad más dura, ¡con dos cojones!

Destaco de aquella época la famosa anécdota que tal vez a ni os haya contado: ND siempre fue y será un gran bebedor de cerveza, culto y elegante, siendo capaz de salir una noche y beber 3 litros sin sentir nada. Un día, cuando estaba en el colegio mayor, salió, bebió un montón y a la vuelta en su habitación hizo la prueba de cuánto podría llegar a mear de una sola vez. Unos días antes había ido a una farmacia a comprar una vasija de éstas desinfectadas y marcadas con rayas para saber cuánto líquido cabe. ND meó y creo que superó el litro, "lo cual me parece una auténtica pasada" (eso es lo que dijo, lo recuerdo).


M, cerveza en mano, interviene: "Certifico la capacidad de absorción de ND. Si no hubieran creado a Bob esponja, seria él, ND esponja. Y encima como si nada cuando yo y algunos de sus compis del colegio mayor con la mitad ya estábamos para dar de comer a los pollos."

Pero Cliff sigue: Hay que destacar su sentido del humor, que a veces es inglés y a veces es castellano, pero siempre es inteligente.
Hay códigos culturales que sólo conocemos Cliff, ND, M y yo. No sé quién de ellos instauró el término NECRÓN, pero apostaría a que fue ND. Siempre quedarán los recuerdos de las clases y de las horas pasadas en la escuela. ND y Norm se salían del tiesto en los laboratorios de medidas eléctricas y en las clases de Termodinámica ("veremos quién se ríe en septiembre", dijo el de prácticas), Teoría de Máquinas y Electrotecnia.

Norm se ríe: "Los profesores de Termodinámica se la tenían jurada, porque la frase de “veremos quien se ríe en Septiembre” o esa bronca que le echó el Montes (creo que era su apellido) que arrancó con un grito de “ND” (luego él me dijo con el rabo entre las piernas “yo creía que no se sabía mi nombre”) eran debidas a que nos dedicábamos a reírnos en algunas clases. No es que nos tomásemos la carrera a guasa, pero la verdad es que necesitábamos esos pequeños desahogos. También recuerdo una clase de Resistencia en la que previamente habíamos bebido algún que otro botellín y M nos miraba descojonado (No perdimos el hilo de la clase en ningún momento, es más entendimos conceptos que en estado sobrio hubiese sido difíciles de asimilar)."

En aquellos tiempos se inauguró --sin saberlo-- la ruta de la nostalgia, por el barrio de Malasaña. La Vía Láctea era el sitio de reunión de una época psicodélica. Creo que allí fue cuando
ND y Norm se descojonaban de M señalándole con el índice y haciéndole muecas de sonrisas de terror (todavía lo hacen). 

M protesta: "Si en la Vía Láctea se te ponen dos pavos (uno de ellos de metro noventa) con sonrisa de joker y apuntandote con el dedo, ¿tu que pensarías?"

Cliff continúa sin inmutarse: Ahora mismo, ND desprecia la ruta y no quiere hablar de ella, seguramente porque piensa que la nostalgia no sirve para nada.

Hubo un día que comimos en un mexicano que por aquellos entonces existía en la c/ Princesa. Prometimos que pasados no sé cuántos años, tal día como ese mismo día, nos reencontraríamos allí los 4 y nos iríamos a Brasil. No sé por qué elegimos Brasil pero lo que sí es cierto es que no cumplimos la promesa, por supuesto.

M interrumpe de nuevo el monólogo de Cliff: "Lo de Brasil era por las mulatas, si no de que..."

ND ha mejorado mucho Annie y con sus hijos, y eso se lo debe a ellos. Del romántico joven, alto y con aire grave de templario de Ávila ha pasado a ser un padre de familia con la cabeza asentada y las ideas muy claras.

M interviene de nuevo: "De acuerdo al 100% con Cliff que con el tiempo, con Annie y sus hijos ha mejorado, y no hay duda que sigue siendo muy equilibrado."

Pero Cliff sigue: Tiene un convencimiento de sus cosas y de su vida que yo no tengo, y sigue conservando su
- elegancia
- estatura
- gravedad
- erudición
- sentido del humor

sin él sarse ni cuenta. Y otra cosa de la que no se da cuenta es que aunque odie la época de la universidad, es capaz de explicarte cosas de ciencia y de ingeniería a un nivel muy alto. El alumno que se consideraba malo ha conservado un don natural con el cual es capaz de entender y explicar misterios de la física cuántica mientras tomamos unos gin tonics por Ríos Rosas. Nosotros con cara de haba (bueno, M menos, que también conserva algo de don).

Nunca se lo he dicho pero es un tipo con el que me habría gustado mucho irme de viaje a las chimbambas cuando éramos jóvenes y románticos.

De alguna manera siempre lo he visto como el maestro del grupo. Un maestro necrón que se gana la autoridad sin teatros, simplemente por cómo es él.

Muchas veces, cuando habla, todos los demás callamos. Sólo es Norm el único que se atreve a hacerle una gracia.

No sé si será verdad, pero a veces imagino que desciende de los Bravo, Padilla y Maldonado de la época. Si los comuneros existieran en estos tiempos, ND sería algo así: castellano, serio, grave y noble.

M consigue meter baza por fin: Francamente con lo cultivado que es ND (lee mas libros en 6 meses que los que yo he leído yo en toda mi vida) me siento gañaaaaaan y con envidia al no poder competir a ese nivel.

Volviendo a nuestro gran amigo y protagonista.

Casi 20 años (octubre del 1993, casi na) desde que nos conocimos. Nos sentábamos en la segunda fila. Recuerdo que al principio me pareció un tío serio y su voz (en el polo opuesto a los niños cantores de Viena) y altura imponían. Yo le preguntaba si era familiar de cierto famosete con el que comparte apellido (no comments...). Vamos, un tipo sobrio (Avila y la educacion se notan) y bastante maduro. Luego al poco tiempo borré mi prejuicio de tío serio cuando ponía motes francamente originales a algunos profesores (el teleñeco, a quien por poco le electrocutan el y Norm en el laboratorio), te explicaba la curva de la bañera con la cojo-calva del de estadística vista de perfil y cómo se movía en el colegio mayor.

Si tengo que destacar dos cosas de ND son la inteligencia y claridad de ideas.

Por último interviene Norm, que ha estado callado observándoles casi todo este rato: Ante todo hay que felicitarle, porque llegar a los cuarenta años ¡no se llega todos los días!

Siempre he pensado mucho en las afinidades que se crean entre las personas, por qué con la cantidad de gente con la que nos cruzamos en nuestras vidas decidimos, a veces ni nos damos cuenta de esa decisión, tratar más con unos que con otros.

En mi caso, recuerdo que la amistad con ND fue algo suave, que fue produciéndose de forma paulatina en esos primeros años de la escuela. Me divertían mucho sus respuestas, ese sentido del humor se compaginaba a la perfección con una voz profunda como la suya. Recuerdo que nos gustaba repetir las canciones de Extremoduro, de manera que uno decía una frase del estilo de “sucede que me canso de ser hombre” y otro la continuaba “sucede que me canso de mi piel y de mi cara”. Una vez le dije “Cuanto más necesito para ser Dios” y él, en vez de continuarla, me sonrió y me dijo “mucho”, con un gesto que me daba a entender que a los humanos les podría costar, pero que a mí me iba a costar mucho más. Me hizo mucha gracia.

Nos vamos haciendo mayores, y algunos recuerdos se difuminan, pero otros quedan bien grabados porque nos han marcado por distintas razones. En esos años de la escuela fui viendo el lado más humano de ND…y me gustaba tanto. ND para mí ha sido una persona que me ha influido muchísimo en muchos aspectos (de hecho, yo estoy trabajando donde estoy por él, que me contó que había unas pruebas que se estaban haciendo en sitio yo no sabía ni lo que era, y que él había visto un perfil en el que pedían conocimientos de materias que yo había estudiado). 

Son muchos años, muchas anécdotas que darían para un libro entero. Algunas las repasamos aquí, en Cheers en algunos días puntuales (a ND no le gusta la nostalgia excesiva). Coincido con Cliff y M en que ha llegado a esta edad formando una familia contigo que le hace ser muy feliz. Y cuando notas que la felicidad de una persona te hace sentir bien, creo que se puede hablar de que hemos alcanzado una buena amistad.

Y se quedan los tres mirando sus jarras vacías pensando que tal vez se hayan puesto demasiado nostálgicos y, sin duda, muy habladores. ¿Otra ronda?

¡MUCHAS FELICIDADES!

Comida de trabajo

Tus compañeros del Circo también te han querido felicitar, no te creas.

Y han sido muy bien mandados, ingenieros cómo no, y se han atenido a mi petición (qué somos los ingenieros sin especificación ¿eh?): ‘algo cortito’ para poder juntarlo y que no se hiciera eterno.

Así, JR (del trabajo, no el de Dallas) me ha dicho que eres una de las pocas personas a las que se quiere parecer cuando sea “mayor” (las comillas son suyas).

En una línea similar, en forma y fondo, JAB parafraseando una referencia clásica en vuestro circo (el famoso vídeo del baptisterio) “¿A quién no le va a gustar un Sr. Desgraciaíto de 40 años, ¿a quién no?¿A quién?


Palpi, dice que lo entenderás si te digo que para él eres simplemente un pirámide. Tú a lo mejor, lo que es yo…

Y F M dice que lo mejor de ti es que eres una persona seria en el trabajo y eficaz. Y recuerda cuando le enseñabas los videos de los niños y tus ojos decían lo padrazo que debes ser. Me pide que te despida de su parte diciendo hasta luego tres veces. Sois una gente rara los del circo. Por cierto que, aunque en otra compañía, parece que sigue en el sector y cree que te alegrarás de saberlo.

La última aportación del circo es de Eliaaaahh, que dice que hay que darte cuarenta felicitades porque a tu lado uno se siente más bueno más honrado y un poco mejor persona. Por esos niños tan guapos que ya no te podrá robar y por ser siempre el primer Rey Mago del año.

¡MUCHAS FELICIDADES!

El café de las once

Cuando estábamos en la Escuela, a las once era cuando nos soltaban un rato para descansar. Qué mejor momento para irse al Blasco a ver qué nos han dicho algunos compañeros de entonces.

L, la culpable de que estemos juntos, recuerda bien cuando alguien que se tenía por muy cultivado te espetó “no, por Dios, Loquillo no” y cómo tu eclecticismo rompió la cintura a más de un cultureta. Apunta además que perteneces al subconjunto: "amigos que cocinan" que, como el lince ibérico, es una especie en extinción. (Y sí, L, si lees esto te diré que nos hicimos tilín en la cena de graduación cantando a María Dolores Pradera).

Tochi, también de la escuela aunque solo te conoció cuando ya estábamos juntos, recuerda que yo le dije un día que eres un señor. Y cree que tengo razón en el buen sentido del término: eres culto, educado y cortés, y tienes justo el humor tranquilo que le gusta, y voz de hombre de verdad… ahora además te acompaña la edad, añade. Y también dice que cuando piensa en nosotros se imagina Amarraditos de la Pradera. Duda si no debería haber escrito algo sobre zapatos, por la impronta que le dejaste cuando os conocisteis y porque nos imagina amarraditos por una calle arbolada… porque para el monte no tenemos zapatos.

Y A, en su línea prolija, no ha podido contenerse y le ha salido casi un post a él solito.

Tiempo de balances?
ND, no sé si es buen momento para balances, pero cuál lo es, y quizá fuera más fácil hacerlo con un recorrido algo sentimental de estos años, desde los tiempos que ahora parecen lejanos cuando compartíamos clases y vinos. No recuerdo cómo era yo (o miento, sí lo recuerdo, pero dudo mucho que ese recuerdo tenga alguna fidelidad a la realidad), pero tengo la intuición de que no podía el yo de aquellos tiempos imaginar que se convirtiera en el yo que soy ahora. ¿Te pasa lo mismo? ¿Esperabas encontrarte con el tipo que eres? No sé si el tú de ahora es feliz (lo que quiera que eso signifique).

Te juro que había empezado a escribir esto con aire épico, para que pudiéramos reconocernos con nostalgia orgullosa entre las calles del Madrid mágico que se extiende desde Alberto Aguilera hacia la Plaza de España, y se pierde por las calles quebradas de Conde Duque. Esas calles están llenas de jirones de conversaciones, de teletransportes, de whisky DYC (porque en aquellos días todo era whisky DYC, con Coca-Cola, o vino de Ribeiro de aquel que podía dejarte ciego) y de versos de Silvio Rodríguez, que hemos cantado desafinados, pero con voz firme, creyéndonos que el hombre siempre había sido hecho de todo material, de vías señoriales y barrio marginal. La lista es larga. Abarca no sólo Madrid, también aquel fin de semana que pasamos en Ávila, las noches en el bar de Víctor, cuya historia completa, con su final abrupto, me recuerda la nuestra propia historia (aquí también, en pequeñito la historia es la historia de un grupo, de unas gentes, rara vez de una única persona: qué sería de nosotros si no pudiéramos comprender que aquellas aventuras, con alemanas y americanas incluidas, existen no sólo porque las recordamos nosotros, sino porque otros también dan fe de ellas). El final abrupto del bar de Víctor, decía, así me pareció a mí que ocurrió todo: las cosas estaban hasta que dejaron de estar, y ya no me acuerdo, y no creo que nadie se acuerde, de dónde empezaron nuestras vidas a divergir, la de toda esa gente que estaba alrededor. Puedo mencionar unas cuantas, nos las hemos repetido de boda en boda, cuando había minutos para ponerse al día y mantener la ilusión de la continuidad.

Y más cosas, claro, no podría olvidarme de que fuiste tú quien me dio la oportunidad de cambiar de trabajo, cuando el trabajo todavía importaba y hacía falta hacerlo (las razones no vienen al caso) y las esperanzas de algo más, un “algo más”  difuso, es cierto, pero no por ello menos vivo. Donde una puerta se cerraba, otra se abría, y tú fuiste agente necesario de aquello.

Ya sé que no todo fue bueno. Podría omitirlo, de alguna manera lo haré, pero por más que estas líneas no sean reales, no quiero que pasen por no sinceras (la sinceridad, como tú bien sabes, tiene poco que ver con la verdad). Esta sinceridad me nace bien de dentro: mientras hago este balance (más bien balancito), también yo me miro en tu espejo, sólo que tú vas antes en el 4 a 0, como si fuera algún partido de los que indefectiblemente, siempre perdemos. No hace falta más, no cuenta alguna que ajustar.

Y aunque quería la épica y la nostalgia, ha salido esto. Quiero mantener todavía un brillo. Han pasado cuarenta, que suenan rotundos, decididos, desafían sobre el borre de su propio abismo. Pero deben quedar al menos otros tantos, y algo dentro de mí que no tenemos por qué ser Giovannis Drogo, y que delante de nuestras miradas hay algo más que el desierto de los tártaros.

Me dejo casi todo por escribir, casi todo, seguro que lo importante. Lo que hay aquí no es lo que sin falta debe estar. No es una lista de imprescindibles, es sólo lo que ha pasado por aquí. Quizá por eso las omisiones sean más elocuentes. Quisiera ser prolijo en detalles, recrearme en anécdotas particulares, mencionar los nombres que tú también tienes en la cabeza. Somos lo que recordamos, ¿verdad?

Suena Cohen, qué otra cosa: ahora toca tomar Berlín.
Un abrazo, feliz cumpleaños.

¡MUCHAS FELICIDADES!

Desayuno en familia

¡Ah! ¿qué pensabas que eso era todo? Pues no. A la familia también le pedí algo de ayuda. Y esto fue lo que conseguí.

Los hay que se han contenido y me lo han puesto fácil con la tarea de edición. Tu hermana, por ejemplo, se ha atenido a mi requisito sobre la extensión y destaca tu generosidad recordando una anécdota de cuando erais niños y fuisteis a la feria. Parece ser que eras un máquina en las carreras de camellos. Ganaste y elegiste una chochona para ella. Lo recuerda como el mejor regalo de su infancia. “Podía haber cogido cualquier cosa para él... y qué orgullosa iba yo por la feria con mi chochona.

Los demás de la familia han hecho menos caso a mis solicitudes y se han alargado algo más.

A tu madre le ha dado por los números. Mira, mira:

Cuando nació mi hijo era un bebé muy guapo y yo me sentía la mamá más feliz del mundo.

Era un niño diez. Nació el 24 del 2 (4•2+2=10) a las diez (10) de la mañana de 1973 (9+1=10 / 7+3=10) ¡¡¡Maravilla de la numerología!!! Los números parecen exactos pero son unos primos. Con ellos puedes hacer lo que quieras.

Estando un verano de vacaciones se cayó en un parque y una brecha grandísima empapó de sangre su camiseta amarilla, pero como era un niño 10 no dijo ni un ¡¡ay!! cuando el cirujano le dio 10 puntos de sutura.

Su papá se sintió orgullosísimo.

Pero... jodio!! Llámanos más

Tu hermano se ha puesto un poco más sentimental:

Querido ND:

¿Qué puedo decir cuando, como dicen los ingleses, estás ya over the hill?

¿Que siempre has sido mi apoyo, referente y seguro?
¿Que tienes el corazón más grande que la barriga?
¿Que siempre has sabido respetar y apoyarme en los momentos más duros?
¿Que no se puede tener un hemano mejor?
 ¿Que aunque no te lo diga nunca te quiero mucho, pero mucho, mucho...?
¿Que mi vida ha sido más fácil gracias a ti?
¿Que es una inmensa suerte haber sido tu hermano ya 38 años?
¿Que eres mi hermano mayor?

Pero no puedo. Sería mentir.
Por eso, te digo solo que espero que los 40 te traigan un poquito de madurez musical y aprendas a apreciar la bella voce de tu adorado hermano de una vez.

And remember:
Roses are red
Violets are blue
And I'm laughing as hell
Cause I'm younger than you

Muchas felicidades

Mi padre te felicita y te da las gracias.

Gracias por acordarte de tu suegro todas las Navidades y traerme ese magnífico Pan de Cadiz.

Gracias por ser tan paciente con el pesado de tu suegro cuando solicito tu ayuda para que me saques de cualquier charco informático en el que con mi habitual torpeza acostumbro a meterme.

Miles de gracias por venir hasta esta remota tierra de clima infernal con el coche hasta las trancas de trastos para que disfrutemos de vosotros.

Pero sobre todo, mi infinito agradecimiento por querer tanto a esos tres maravillosos seres a los que yo adoro.

Que sea así por lo menos durante otros 60 años. 

Y a mi madre también le ha dado por los agradecimientos, pero no te libra del tirón de orejas, que una suegra siempre será una suegra.

Felicidades ND, quiero agradecerte estos años de Felicidad y Tranquilidad que le has dado a mi hija, y tu estupenda dedicación a la familia que ha logrado dos regalos maravillosos, C y J.

No te importe la cifra…. Lo interesante es seguir.

Un gran tirón de orejas y un abrazo.

Sin embargo mi hermano, mira tú, nos ha salido poeta también:

ND es el marido de mi hermana
esto le hace mi cuñao.
Un cocinero excelente,
lo que se dice un tio apañao.
Prudente, buen padre,
buen marido, inteligente,
a los cuarenta ha llegao.
Coctelero sobresaliente, madridista penitente,
de lo tecnológico, para su suegro, referente.
Da soporte con paciencia sorprendente
a costa de un cráneo despejao,
que solo se ve desde un saliente
porque es más alto que un tejao.
Cariñoso y eficiente
No puede haber mejor cuñao.

¡MUCHAS FELICIDADES!

Cuarenta

Cuarenta. Hoy cumples cuarenta años, ND. Está claro que esto había que celebrarlo a lo grande. Lo que pasa es que como eres de gustos sencillos y cada vez le tienes más repelús a las grandes multitudes tuve que renunciar a prepararte la gran fiesta que mereces. Lo que quedaba era darlo todo en el post de hoy.

Pero, claro, yo ya te he dicho muchas cosas. Así que hace ya unas semanas, para suplir mi falta de inspiración y que no se notara mucho, decidí recurrir a unos cuantos blogueros (¿a quién mejor si se trata de escribir?) para que me echaran una mano con esto.

En el post de hoy encontrarás sus respuestas:

Molinos, en modo enumeración.

Hay tres cosas que me molan de ND. 

Primero, que lee muchísimo. Muchísimo más que yo y eso, ahora que lo pienso, me mola y a la vez me da muchísima envidia. Claro, que luego pienso que lee tanto porque no duerme y mi nivel de envidia baja rápidamente.

Segundo, que le pego manías. ND leía antes cuidando mucho el libro, tanto que casi podría devolverlo a la tienda al terminarlo porque lo leía casi sin abrirlo. Me miraba horrorizado cuando yo decía que doblaba las esquinas ¡hereje! pensaba. Hasta que un día, llego a una página de un libro y algo le llamo la atención, le llamó tanto la atención que pensó que tenía que marcarlo para no olvidarlo. Miró a su alrededor y no tenía un boli a mano, ni un lápiz, ni siquiera un papelito para meterlo entre las páginas y acordarse. Intento controlar la tentación, pensó en memorizar la página pero ¿y si había más para recordar? Y entonces, sin que nadie le viera dobló la esquina superior de la página. Con miedo, con mucho cuidado, esperando que nadie le descubriera. Comprobó que no pasaba nada, que el libro lo agradecía y que aunque ya nunca pudiera devolver el libro a la tienda al terminarlo, doblar esquinas no era tan horroroso y era una estupenda manera de comprobar si un libro le había gustado mucho o no. Aún así, se sintió un poco culpable pero se consoló pensando que por lo menos con su kindle las cosas seguirían siendo como debían.

Tercero. ND se ríe conmigo. Siempre que le veo en persona me intimida al principio. Me mira desde arriba, muy serio. Me pongo nerviosa y empiezo a hablar...y entonces se ríe, se ríe conmigo y de las chorradas que cuento...a veces se ríe tanto que se tiene que quitar las gafas. No hay nada más reconfortante que un tío serio que se ríe contigo.

Espero que tengas un cumple genial, que sigas leyendo mucho, que dobles miles de esquinas y que te rías conmigo o incluso de mí.

Feliz cumpleaños.

Consu’s, en modo parroquiano.

Hay gente con la que, aun viéndote todos los días, sería raro que empezaras a hablar en un café de barrio. Él es del Madrid y tu eres del Atleti, él es ingeniero y tu de derecho, él es de baloncesto y tu de balonmano, él es de ciencias y tu de letras puras, él lee tochos en inglés y tu sólo novelas negras en castellano, él es alondra y tú búho y él se pide GT y tú cerveza de lata…sin embargo por estas extrañas cosas que tienen la vida, de repente una tarde como otra cualquiera, entras en el mismo bar y casi sin querer, te cruzas tres palabras tontas, igual solo un saludo de cortesía, igual hablando del tiempo o del frío que hace, no sé…y tras la cuarta frase intuyes que os estáis cayendo bien.

Y al día siguiente le saludas de nuevo y te responde, os reís a la vez de un chiste malo que cuenta el camarero, y no se sabe cómo, sacáis un lugar común para charlar un rato. Y seguís charlando poniendo a parir al Gobierno que es un hábito muy recurrente para confraternizar; y uno de los dos pide otra ronda para hacer más larga la conversación y estirar el tiempo en buena compañía.

Los días pasan con esa rutina cansina que abandona el otoño y que va haciendo de lo esporádico una costumbre y sin daros mucha cuenta os empezáis a apreciar el uno al otro y reconocéis en lo que valen los trozos que gastáis en común sin apenas conoceros. Si uno de los dos no está, os echáis en falta y si uno de los dos no acude echáis en falta esas discrepancias que tanto os animan…y cuando una semana no lo ves de seguido en la misma silla de todas las tardes, te preocupas, y le preguntas al camarero por él: “Está de viaje, es una eminencia en tema de trenes y se ha tenido que ir a Berlin, mañana volverá”.

Y vas gastando tardes contando verdades a medias, hasta darte cuenta que aquel desconocido con el que no tenias nada que ver, se ha convertido en parte de tu ocio, te das cuenta que habéis hablado de libros, de películas, de política, a veces de filosofía y porqué no, alguna vez también de mujeres; recuentas los autores que has descubierto por él y las ciudades que conoces por sus comentarios mejor que si las hubieras visitado. Es quizá por eso que no te haya extrañado, que hoy, dos años y pico después de aquel día en que os cruzasteis la primera palabra, el camarero te haya entregado un papel doblado que ha dejado una mujer anónima para ti. Lo desdoblas y lees una frase “Me gustaría que escribieras algo de él, aunque ya sé que no os conocéis más que de pasar aquí un rato hablando todas las tardes, creo que puedes decirle algo que le guste, hoy cumple cuarenta tacos…”

Amanita en modo descriptivo.

ND es un tío muy largo. Largo de alto. Le caben hasta cinco Gin Tonics, uno encima de otro. Su Ginebra favorita es la Magellan. Es azul (la ginebra) y la suelen servir con una rodaja de manzana. ND es un tío culto. Y sibarita. Se hace Gin Tonics de fresa. Tiene buen gusto. ND es un tío tímido. Pero tampoco se queda callado si la temperatura ambiente es la adecuada. Yo he sido testigo de debates apasionados. No le gusta David Foster Wallace. Independientemente de la temperatura, escribe. Escribe unas veces apasionadamente y otras veces de modo desapasionado, que no indiferente. Escribe sobre todo de libros. Libros que lee. ND lee bastante. Le debo un libro por cierto. Y opina bastante también. De lo que lee y de lo que piensa. Sus opiniones tienen raíces profundas y no las cambia fácilmente. Es más las defiende. Las defiende con convicción. Diría incluso que con vehemencia. Yo he sido testigo de debates apasionados. ND empieza a comprar los regalos de navidad en Agosto o así y puede explicarte las ventajas de su sistema en dos minutos o en dos horas. Depende de lo que te enrolles tú. Él tiene paciencia. Casi siempre. Coño, qué ganas de tomarme un Gin Tonic con ND me han entrado.

Bichejo en modo Bichejo, pero eso tendrás que verlo ahí.

N en modo poeta:

Es un ingeniero de gran estatura
Miembro fundador de un club de lectura
Si en una merienda se sienta a tu lado
Tal vez te confiese que lee demasiado

Y hay más poetas, Carmen y Juanjo te han dedicado unos versos también en sus casas.

Hasta en el Club de Lectura te han preparado algo, si no me equivoco.

¡MUCHAS FELICIDADES!